martes, 26 de febrero de 2013

De cumpleaños, aniversarios y sanvalentines

Queridos lectores,

Este mes de febrero ya está llegando a su fin y no puedo desperdiciar la ocasión para contaros lo que este mes tan corto significa para mí. Febrero son sólo 28 días, 29 cada cuatro años; sin embargo para mí es el mes más grande de todos en el calendario. Muchos coincidirán conmigo en que este mes parece más largo de lo que realmente es debido al mal tiempo y a lo duro que se hace el invierno. Ese no es el caso para mí, para mí es GRANDE porque en él confluyen eventos muy significativos en mi vida actual.
 
Cuando el mes está recién empezando llega mi día preferido del año, mi Cumpleaños. Me encanta ver las felicitaciones de mis seres queridos a través del medio que cada uno tenga a su disposición. Este año ha sido especial, para empezar al encontrarme tan lejos las felicitaciones han venido principalmente a través de internet y las redes sociales, en cuanto a esto sé de algunas personas que dicen que es trampa porque Facebook y demás te “chiva” los cumpleaños de los amigos, pero anyway, es una manera de acordarse y a mí me hace muchísima ilusión. Gracias y muchos besos a todos los que os acordasteis durante las 30 horas que duró este año mi cumple (las felicitaciones empezaron a la medianoche de España con mi primasa F y terminaron por la noche en Canadá con algunos amigos de aquí que lo hicieron personalmente, M, J, M y J). También ha sido especial porque este año he cumplido veintitodos los años, como dice Jesús; así que este año voy a tener que exprimirlo al máximo antes de llegar a la treintena…
 
Cuando era más pequeña siempre pensaba en mi futuro y cómo sería mi vida, con amigas hablábamos de planes de vida, trabajo, familia, pareja y demás. Siendo sincera, siempre, incluso hasta hace muy poco, dije que los veintitodos eran una buena edad para tener mi primer hijo. Para mí, esta afirmación conllevaba mucha información detrás. Todo el que me conozca bien sabrá que siempre he llevado (o al menos lo he pretendido) una vida dirigida, haciendo cada cosa a su debido tiempo. La Universidad en sus años, Máster, prácticas, trabajo, novio, vida en común, etc. Quizás con ese camino el hijo hubiera llegado, o hubiera estado en mente a lo mejor, nunca se sabe. Lo que sí sé es que ya no estoy en ese camino anymore, al menos for now. Cuando veo que algunas amigas de mi edad, se van casando, embarazando, comprando casas, etc. no puedo evitar pensar qué me ha salido mal, en qué punto me he equivocado, ¿me estaré equivocando ahora con esta decisión de vivir a 7.000 km de distancia y tener que empezar a construir la vida desde cero?
 
A la vez que mi parte racional (muy grande) me hace pensar esto, mi parte “yo”, como de verdad me siento y como de verdad soy, piensa una cosa muy distinta. Aunque seguramente hubiese vivido bien y tranquila con ese tipo de vida, no es lo mío. LO SIENTO a todo el que hubiese pensado que yo iba a llevar una vida convencional porque yo no me siento así. En lo más profundo de mí sé que no hubiese conseguido tener una vida plena teniendo una vida convencional. Yo no quiero contarles a mis nietos que conocí a su abuelo en tal sitio, empezamos a salir, nos fuimos a vivir juntos, nos casamos y tuvimos a tu papá. Corrijo, sí quiero contarles eso, pero también quiero poder contarles que viví experiencias duras, que viví en otro continente más de una vez, que trabajé de muchas cosas hasta encontrar mi camino, que me descubrí a mí misma ese camino y que aprendí, aprendí y aprendí cosas que no se aprenden en colegios ni universidades. Que aprendí el significado de palabras en inglés, y en el idioma de los sentimientos. Comprendí lo que significa la familia, la amistad, y pronto aprenderé (o tendré que hacerlo) lo que significa el amor y la confianza. Así que ¿sabéis cuál fue mi deseo al soplar las velas de mi tarta de cumpleaños de este año? Es un secreto sólo para vosotros porque los deseos no se pueden desvelar, aunque haré una excepción en esta ocasión: GRACIASMÁSPORFAVOR. Que no se nos olvide nunca que no hay vidas mejores o peores, cada uno vive su vida a su manera. Y al que no lo hace porque la sociedad le ha podido o no se atreve LO SIENTO, pero todos podemos. Os invito a psicocinar un poco vuestra vida, ¿tenéis lo que deseáis?, ¿algunas veces os viene a la cabeza “debería haber hecho o dejado de hacer x”? Contadme un poco, pero si la respuesta a la segunda pregunta es un SÍ todavía estáis a tiempo, nunca es tarde.
 
Siempre que alguna amiga me llama para decirme que se casa yo me alegro muchísimo y siento por dentro una sensación que no os podría describir. Yo quiero casarme joven, otra cosa que siempre he dicho, las novias mayores no están bonitas. Sin embargo nunca es tarde. Cuando pienso en lo guapísima que estaba mi madre cuando se casó con A y lo que lloramos todos no puedo seguir diciendo esta grandísima tontería. Por cierto aprovecho para decir a mi prima B y a mi amiga A que en noviembre no me pierdo vuestras bodas por nada del mundo, así que hacedme un hueco.
 
Siguiendo con febrero, cuando casi todavía no ha pasado la resaca de mi cumpleaños llega nuestro aniversario. Para mí este día no significa más que el recuerdo de ese día que conocí a esa persona que aún después de tres años juntos me saca de quicio, le encuentro nuevas pegas, me hace dudar de lo que quiero, me pone nerviosa cuando no se peina o no me escucha, pero que a la vez me cuida, me quiere, me escucha (aunque diga tonterías), me sigue a todas partes, huele de maravilla y me complementa. Jesús tres años, tres ciudades (y las que nos quedan), no matter how far, pero juntos. Juntos hemos aprendido a estar juntos, poco a poco; somos diferentes, muy diferentes, pero eso nos ha ayudado a poner los cimientos de nuestra relación, que ahora son sólidos. Jesús tú que crees, ¿aguantarán vientos y mareas?
 
Como todos sabéis, aunque no sé si celebraréis, el 14 de febrero llega San Valentín. Aquí se vuelven más locos que en España, en las tiendas venden objetos para que la gente decore sus casas, se regalan flores, se hacen fiestas… En lo que a mí respecta esta fecha me da un poquito igual, no hay que celebrar el amor en un día concreto, y si sí hay que hacerlo prefiero irme a cenar con Jesús unos días antes, que por lo menos tiene significado para nosotros. Sin embargo, cuando salgo a la calle ese día o los días previos, no puedo evitar que me invada el espíritu del santo enamorado, como me pasa en Navidad, así que siempre termino haciendo algo especial, normalmente algún postre, este año han sido magdalenas rellenas de moras y arándanos para disfrutar de algo dulce.
 
Tras cumpleaños, aniversarios y sanvalentines todo vuelve a la normalidad, pero siempre cambia algo. Estos días en este año me han hecho rescatar un pequeño trozo de papel que lleva guardado en mi cartera bastante tiempo y que me dio mi tía Mercedes. En una cara del papel está el retrato de un maestro de Reiki del que no recuerdo el nombre, por el otro lado unas enseñanzas o premisas. Muy fáciles de cumplir sobre papel, pero muy difíciles de seguir a diario. Aquí os las dejo para que las psicocinéis y las vayáis poniendo en práctica.


 
Aunque no aparezca en el papel, yo le voy a hacer una aportación. “SÓLO POR HOY DISFRUTA DE TU VIDA” ¿Se os ocurre algo más?

Hasta la próxima, os dejo psicocinando estas ideas (que no es poco).