miércoles, 23 de noviembre de 2016

La pelea del plato de macarrones

Buenas noches mis queridos psicocineros,

Hoy vengo para confesarme, Ave María Purísima, de que me he equivocado pero bien con mi hijo. Como la mayoría sabréis mi hijo Alejandro tiene 2 años y él en sí mismo no podría ser más especial. Es una personita con luz y energía, me mira y me toca como si fuera emocionalmente superdotado y supiese por lo que estoy pasando o mejor dicho por lo que estamos pasando. Siempre le digo a mi marido que tenemos que cuidarlo mucho porque de verdad yo creo que es un angelito que Dios me ha mandado para que me cuide, es realmente único, el que lo conozca lo sabe y el que no pues intento llevártelo un ratito a casa a través de mis palabras.


Hoy he pecado como madre, como ejemplo y como persona ante él y merezco un castigo, ya lo estoy teniendo porque no consigo dormirme pensando en mi pobre niño sin poder expresarse. Y todo por un puñetero plato de macarrones.


 Desde que nació o antes siempre he pensado cómo o en qué quería hacer hincapié en la educación de mis hijos y junto a mi marido hemos intentado seguir esa línea. Bueno, desde que enfermé esa línea a mi parecer se torció un poco, llegando en muchas ocasiones a frustrarme verdaderamente. Ya no se duerme como yo le enseñé, ya no come todo en lo que yo le inicié, ya no habla nada, no es muy activo, no juega como yo quiero, no hace lo que yo creo que es importante que haga… no sigue mi línea vamos. Según yo siempre pensando que el motivo, la culpa la tenían el que yo estuviera mala, muchos días en la cama sin moverme y que terceras personas se dedicasen a esa labor que debía ser mía, la de ser mamá.

Hablamos de tíos, tías y abuelos sobre todo, para mí gente que se estaba metiendo demasiado y que tenían que ayudarme, pero a mí manera. La situación de hoy ha sido fácil y sencilla. Llega la hora de la cena, le pongo a mi hijo un plato de pasta, no la quiere porque no tienen salsa de tomate, inmediatamente me dicen todos “Miriam no la quiere porque no lleva tomate”, cosa que yo sé pero me ofusco porque pienso que el niño tendría que tener una alimentación más variada y menos limitada, para mí eso es ley. Todos vuelven a decirme que no me pelee con el niño, que tiene dos años, y que le ponga tomate. La abuela se quita de en medio cada vez que es un tema relacionado con la comida y yo, por no pelearme con los tíos, al final como siempre termino cediendo, pero sigo súper enfadada, cada vez haciendo una bola más grande. El niño ya nervioso y todo no come nada del plato, se come una natilla y se queda muerto de hambre llorando y de mal humor. Todos me dicen que le dé algo más pero yo digo no, tiene que aprender, que se coma los macarrones. Fin de la historia. Así es como yo lo veo.

Sin embargo, queridos psicocineros esta noche por primera vez la vida me ha dado una bofetada de flexibilidad muy derecha a mi corazón. Aunque lo haya dicho éste no ha sido el fin de la historia. Después de la “no cena” Alejandro seguía mal y se ha ido solito para el cuarto como para dormir, la abuela y la tía han ido con él y cuando le han quitado el pañal no podía ni abrir las piernas de dolor, quizás un pliegue del pañal o quizás mi manía de ponerle ropa moderna y el pantalón le hacía daño. Lo que sea pero mi niño no se quejaba por la cena, se quejaba por el dolor y su dolor a mí me ha herido el alma. No por lo que tenía porque mañana estará bien, sino porque me ha hecho chocarme de cara con la realidad de mi vida.

Soy Miriam, tengo 32 años, soy mujer, mamá, enferma de cáncer (cada vez menos) y con limitaciones (cada vez más). También soy hija y sobrina y paso todo el día peleando con mi hijo, con mi madre y con mis tíos. Peleando porque no me gusta necesitar la ayuda que necesito a diario, creyendo que la necesito por la enfermedad cuando en realidad a todo el mundo le viene bien la ayuda y luchando por ser todos los días una madre perfecta con un hijo perfecto y una madre perfecta y unos tíos perfectos y por qué no, un marido perfecto. Pero la vida no es perfecta, por llamarla lo más bonito que se me ocurre la vida es FLEXIBLE, cambiante, improvisada, no ensayamos nada, no tenemos experiencia en nada nadie, porque cada día es distinto, cada persona con la que te cruzas es distinta y aquí por suerte o por desgracia no hay guion que valga.



Hoy por primera vez y por escrito quiero empezar haciendo examen de conciencia. Pido perdón la primera a mi madre por ser tan pesada y no darle ni una tregua ni un día de mi vida, con cáncer o sin él, siempre he sido su juez y su carcelera y eso no es justo. El siguiente eres tú hijo, perdón por querer tener un hijo perfecto cuando ya lo eres. Después vosotros mis tíos Manolo y Mercedes porque sois más que eso y yo discuto demasiado con vosotros, sobre todo contigo Mercedes que a veces nos entendemos bien y a veces nos enzarzamos las dos en callejones sin salida. A mi marido igual, tienes mil fallos, yo también, tienes mil virtudes, yo también, somos muy parecidos. Intentemos vivir sin guión, sólo sé que te echo de menos. Por último a todas las personas de mi vida por ser tan inflexible y tan poco humilde muchas veces, hoy he escuchado una frase preciosa y os la dejo “Yo no quiero llegar a ninguna parte, sólo quiero poder caminar por la vida cada día”.

Tras pedir perdón quiero dar las gracias, sin todos los de arriba mi vida no sería posible. Gracias mamá, porque cuando te tocaba ser abuela y disfrutar estás volviendo a ser madre y no de una sino de dos. Alejandro te quiere con locura y así venga el Papa a decirlo no te voy a apartar de nuestra vida en la vida. Menos mal que nos queda mucho tiempo por delante para seguir entendiéndonos.

Hoy la vida me ha dado mi lección y tras el castigo expío mi culpa. Estamos en la vida para aprender, pero si seguimos con lo dicho antes eso es una incoherencia porque ¿cómo vamos aprender a hacer algo que se presenta nuevo cada día? Si en la vida no hay nada establecido ¿de qué podemos ser alumnos? Queridos psicocineros en la vida se pueden aprender muchas cosas pero no ella misma, la vida hay que vivirla, hay que amarla, hay que sentirla. Y ya habrá tiempo para comer macarrones, es verdad hijo, a mí lo único que me preocupa en el fondo de mi alma, es que seas feliz.








Buenas noches psicocineros, me voy a dormir con la conciencia tranquila.

domingo, 16 de octubre de 2016

La Carta

Hola hola psicocineros de mi alma,

Hoy domingo han venido a pasar el día conmigo mis amigas María e Inma con el novio de Inma, Jesús. He pasado un día buenísimo, el viernes me pusieron una transfusión de sangre entonces durante unos días me siento como Superwoman, con apetito, sin cansancios extremos ni mareos, vamos genial para estos últimos diítas que llevaba. Hemos ido a comer a un restaurante italiano en el paseo marítimo, a la salida hemos cruzado y nos hemos ido un rato a la playa y después a mi cafetería preferida a tomarnos unos zumos y batidos acompañados de una porción de tarta de zanahoria exquisita.


A la vuelta de tan provechoso paseo nos hemos ido a casa de mi madre un rato y para terminar el día hemos estado buscando en el baúl de los recuerdos, nunca mejor dicho. He sacado de mi habitación una caja con recuerdos de mi época en el colegio en secundaria, hemos encontrado desde un álbum de fotos de todas de pequeñas hasta una libreta con dedicatorias de cuando teníamos 13 o 14 años.
Además de todos los recuerdos graciosos que han aparecido en la caja he encontrado algo que me ha llamado muchísimo la atención y que yo ni siquiera me acordaba de su existencia, una carta escrita por mí a mí misma con aproximadamente esa edad, 13 o 14 años. Me ha llamado tanto la atención que os la transcribo y ahora os cuento porqué.


<< Hola Yo!:
Como sabrás muy bien, no soy una persona convencional porque la mejor manera que tengo de desahogarme es escribiéndome a mí misma.

Lo que me pregunto siempre es el porqué de estas cosas tan raras, pero es que para mí son la mejor terapia.

Ves, hoy por ejemplo me siento bien, feliz y llena de alegría. ¿Qué cual es el motivo? Muy fácil. Me levanté contenta, en el colegio intenté no aburrirme, en casa hice todo lo posible por no enfadarme y ahora me acuesto escribiendo. ¿Qué te parece? Por mi parte todo perfecto y conseguido.

Eso es hoy, pero hay otros días tristes (los menos), en los que no sé qué hacer, todo me sale y parece mal… vamos, un desastre. Llevo un tiempo pensando una cosa: Cada vez que esté triste pongo una sonrisa, cuando no sepa qué hacer me levanto y con otra sonrisa, hago lo que se me ocurra, cuando algo me salga mal con otra sonrisa lo empiezo de nuevo y cuando alguna cosa me parezca mal pues, otra sonrisa y a ceder. Así que te preguntaras, ¿para qué tanta sonrisa? Piensa…, vamos…, sé que puedes… ¿qué? Más fuerte por favor que no te oigo. ¡Ah! Sí, para eso, para que otra vez podamos llegar a los días felices como hoy y así, día feliz tras día feliz construir una vida de felicidad pensando sólo en las sonrisas que dimos, en las que damos y en las que aún nos quedan por dar.

P.D.: Ah! Gracias, porque gracias a ti ahora tu amiga se siente mejor.

Tú misma. >>


Esta es la carta que me autoescribí hace 18 años, la he leído por primera vez frente a mis amigas y me ha parecido muy bonita y con un gran positivismo, sin embargo ahora que la releo lo que estoy pensando es ¿en qué momento perdí esa capacidad? La capacidad de ser feliz porque sí, sonriendo día tras día; la capacidad de hablarme a mí misma, cuántos años he pasado sin escribir hasta que empecé este blog, ¿Cuándo me perdí? ¿Cuándo dejé de ser no convencional y de saberlo? ¿En qué momento decidí empezar a formar parte del resto?

La respuestas a todas estas preguntas es la misma: No lo sé.

Sin embargo aquí estoy, escribiendo antes de dormir como a mí me gusta. Volviendo a no ser convencional y volviendo a sonreírle a la vida en todo momento; porque pase lo que pase, tristeza, pobreza, cáncer… nadie me va a quitar mi sonrisa ni mi gusto por la vida. Con 14 años sólo me importaba ser feliz, sonreír, no aburrirme o ser capaz de ceder cuando algo me parecía mal. Ahora con 32 tengo que leer la carta que mi niña me dejó a mí misma, mi niña, mi carta, mi esencia y sonreír y ser feliz, día tras día, como ella quería, como yo quería, como yo quiero.

Gracias mi niña por no ser convencional y darme en el día de hoy este regalo tan maravilloso en forma de carta, en parte gracias a ti hoy también me siento bien, feliz y llena de alegría. Espero que dentro de 18 años esta niña y esta carta sigan presente y yo me sienta igual.

Mi niña, la mujer en la que te has convertido quiere decirte algo, sigues siendo especial, sigues escribiendo, tu sonrisa cada día es más grande y tus ojos cada vez tienen más brillo. La mujer en la que te has convertido tiene problemas pero ante todo, nunca pierde su sonrisa.


 Todo esto me lo digo esta noche a mí misma porque estoy orgullosa de ser yo. A ustedes qué os dejó vuestro niño, nunca lo olvidéis porque ellos, nuestros niños, son sabios, saben todo de nosotros y no nos juzgan.

Yo ya os dejo con mi mejor sonrisa hasta la próxima, para que sigáis psicocinando muchas ideas.

Un beso muy fuerte, 

Yo misma.

martes, 6 de septiembre de 2016

La energía de la onda y un viaje a República Dominicana


 Buenas noches psicocineros,

Todo empezó con un aire acondicionado de 3000 frigorias en un verano que terminaba con 300 grados a la sombra. Todo siguió con el típico interés de todas por cómo me encuentro y yo como una mierda tiradora en la cama contando que las noches son malísimas, que no puedo ni hablar de lo cansada que estoy y el dolor que me ha generado la vuelta a la quimio.

Para los que no sepan aún. Me hicieron un PET donde apareció que mi tumor había desaparecido absolutamente, ni rastro, nada!!! Pero sin embargo aparecían algunos ganglios linfáticos afectados a nivel de abdomen y torax. Enfermedad secundaria, debida a todo el tratamiento y todo lo que ya dejamos atrás. Viendo esto la oncóloga me dice que quimio otra vez, que en principio los ganglios no se curan pero que con quimio y otros medicamentos pueden desaparecer, así que a por todas como siempre. Y en ello estamos.

Pero no chicos, de esto no habla mi entrada de hoy. Mi entrada de hoy va dedicada a un grupo de niñas que se conocieron hacen más de 25 años y que después de alguna que otra quedada el tiempo las ha vuelto a traer a mi. A las Pepis de las Josefinas, a las que el 28 de agosto se subieron en dos coches y se plantaron a 200 km para verme, a las que querían y no pudieron también, sólo que ellas estuvieron aquí y lo que aquí se vivió fue algo muy especial.






Hay tantas vivencias con esas niñas que no tendríamos suficiente tiempo para recordar anécdotas ni en 10 días iguales, hay tanto con muchas, no tanto con otras (compartido), pero cuando se viene de tan atrás es genial. Niñas no os fijasteis que por hablar un rato de maridos o novios y niños o no niños tuvimos que hacer una ronda de reconocimiento. Nada importaba, solo nosotras. Charlamos, nos reímos, nos emocionamos, comimos, recordamos, montamos una conversación sobre otra como siempre, y fuimos nosotras. Ese “nosotras “ y esa comodidad que sólo dan los años y el no poder pretender nada porque todas sabemos hasta cuando nos venía el primer periodo o dábamos el primer beso o nos echaban de clase. Por todo esto esta entrada va dedicada a vosotras y a la conversación de hoy.


A raíz de decidir venir crearon un grupo de whatsapp para los pormenores, claro que con subgrupos paralelos por el tema de regalos y tal. Siguen existiendo? Que me ocultáis viborillas?



Todos los días hablamos un poquito del tiempo, del cáncer y de esas cosas de respuesta rápida. Aunque hoy hemos estado más de dos horas hablando y lo que empezó con una foto de un ac de 3000 frigorias ha terminado con hoponopono, reiki, energía, un viaje planeado a República Dominicana cuando me curen y casi dos horas de retraso con las pastillas sin notar el dolor.




Lo último es lo más paradójico para mí. Cualquiera que tiene dolor y le duele tiene una especie de reloj interno que avisa para las pastillas, es algo que no se te pasa... Pues hoy la felicidad ha creado tal cantidad de serotonina en mi cerebro y tanta visualización que ha sido como meditar. Porque no es el hecho de “distraerte del dolor” lo que ayuda, al menos a mí no. Pero la meditación guiada que he tenido a través de vuestras palabras y sueños sí lo han sido. Inma nos ha soñado, hemos hablado de porros preguntándole a Macarena por sus opos, Laura no nos seguía y se ha encontrado con 200 mensajes, Sonsoles quería ser más divina y eso así, casual. Con más de una en mi mochila para el próximo viaje que haga.

Se ve que como Mari Carmen es fan incondicional le voy a dar un lugarcito especial.
Me alegro que busques la energía de la onda.
El universo es magia, tú eres magia. ¿Sabes qué? No sé cómo ha sido tu día porque no lo has contado, lo que sí sé es que llevas todo el día emitiendo señales para que esto pasara. Es así de fácil, abre tu corazón al universo y él te dará TODO. Te voy a contar algo solo a ti, yo desde hace un tiempo tenía deseos profundos de venir a España y de ver a amigas de las de siempre. Pues mira, el universo y Dios me lo han dado. Ese 28 de agosto va a quedar en mi memoria para siempre . Era mi deseo, y vinisteis por mí. Hazlo así, desea fuerte, desea profundo, pero ten cuidado... Que todo lo que deseas así se te da...

Inma, tú siempre has sido muy genial, un genio incomprendido en ese micromundo donde nacimos. Tú respira amiga, coge aire profundo que llene tus pulmones y suéltalo como una carcajada.

Ahora ese va a ser mi mantra, al menos una carcajada diaria y mucho sentido del humor/amor cuando tenga buenos momentos, para que los dolores y los llantos y los miedos no me cojan sin haber reído. Porque los dolores, los cansancios profundos y los ataques de pánico no los elijo yo, son síntomas que tengo que pasar para llegar a la sanacion completa de mi cuerpo, de mi alma, de mi espíritu. En el camino a reírse y a soñar fuerte. Yo soy vida y así seguiré. Y chicas, aquí estoy para cuando os haga falta un achuchón mío en mi momento de piltrafilla humana..

Os quiero y me quiero y me siento afortunada y agradecida con la vida que me ha tocado vivir. Ahora no estoy triste, solo decidida a seguir adelante aprendiendo mucho.

Hoy os dejo psicocineros, pronto volveré con más. De momento repetid esta frase sin ton ni son a cualquier momento del día que os acordéis:

LO SIENTO, PERDÓNAME, TE AMO, GRACIAS 

Y ya para volvernos a reír, ¿cuántas veces hemos bailado esta canción?...

sábado, 28 de mayo de 2016

Carta abierta a mi madre y a mi marido

Hola mamá, hola amor,

Hoy os escribo directamente a vosotros dos. Os escribo una carta abierta con mi corazón abierto.

Lo primero os quiero dar las gracias por todo lo que habéis hecho y seguís haciendo por mí durante estos meses tan difíciles. Gracias de verdad.

Creo que después de mí sois las personas que más habéis sufrido viéndome así, cada día en el sofá, quejándome, cansada y con dolor. Pero creedme, yo he sufrido más y lo sigo haciendo.

Quiero contaros que si me levantaba dos veces del sofá para comer algo, para darle de comer a Alejandro o para ver algo gracioso que estaba haciendo, esas dos veces me levantaba sin ganas. También quiero contaros que si me quejaba o me quejo cuatro veces, dejo de quejarme otras cuatro. Que si decía o digo que tengo las piernas cansadas y que cada hora (antes menos) quiero descansar un momento, en realidad el cansancio es de otro nivel superior y ni correr una maratón me provocaría esa sensación. Y por último que si un par de veces al día decía y digo que me duele la cabeza o la espalda, me duele más veces pero me tomo una pastilla y sigo para delante.

También quiero deciros abiertamente algo que he sentido durante todo este tiempo y sigo sintiendo, y es que quizás no soy tan fuerte ni tan supermujer como pensáis, quizás no soy tan positiva, ni tan tranquila y relajada. Aunque quizás sí que lo soy pero esta enfermedad es tan jodida que hace dudar hasta Jesucristo de su Fe. Se pasa mucho miedo. Llevo seis meses pasando miedo y no un miedo a que me dejen, a que me abandonen o a no tener a mi madre cerca tía M, sino miedo a morirme joder!! Miedo a las complicaciones, al tratamiento de mierda y al dolor que he pasado. No pido que nadie lo entienda, ni siquiera vosotros que lo vivís conmigo; sólo pido que me acompañéis, que me deis una oportunidad para NO ser fuerte, para NO ser constante, para estar apática o triste o para no tener ganas de nada. Pero sobretodo lo más importante es otra cosa; quiero tener la oportunidad de que cuando sí tenga ganas de hacer algo no se use en mi contra después durante un mes y eso va por los dos. –Ahora te encuentras mal pero para irte de barbacoa no... –Ahora estás cansada pero para irte a tomar un café no... Ya vale por favor!

En todo este tiempo no me he dado la oportunidad a mí misma de mostrarme triste, es como si desde que te diagnostican Cáncer tu cabeza tiene que cambiar y de repente pensar que todos los pensamientos y emociones tienen que ser positivas y que la vida es flowerpower y todo va a estar bien con una vida de emociones positivas, comida sana y ejercicio. Eso no es ni sano ni normal. Todas las emociones son sanas y normales, y es más que normal sentirse triste cuando DE REPENTE no se está sano. Un hombro para llorar sin prisa hubiera estado muy bien, decirme llora que es normal hubiera estado muy bien. Así que lo que me pasa es que voy a todas partes con la lagrima detrás de la oreja, desde el médico de familia hasta viendo Masterchef. Lloro sola, y no porque me de pena que se vaya un concursante, sino porque me doy pena yo, y coraje de estar apática y sin fuerza. Y porque echo mucho de menos a los que no están, a mi padre muchísimo y al resto de mi familia y a mis amigas. Que muero por tomarme un café con ellas. Y porque por lo menos una vez debería haberme vaciado de lágrimas, hasta que no pudiera más. Como un duelo, aquí si Dios quiere no se tiene porqué morir nadie, aunque realmente uno muere para revivir, después de una enfermedad dura nadie vuelve a ser el mismo y eso muchos lo sabréis. Cuando se enfrenta a la muerte la vida cambia de perspectiva.

Aparte de esto, os quiero decir a los dos que es muy difícil estar en medio en muchas ocasiones. Antes me involucraba más hasta que aprendí que no era mi problema ni mi energía. Esta situación está siendo muy estresante para los dos, verme así es difícil, y muchas veces nos gustaría que otros se comportaran de otra manera. Sólo hay que comprender que cada uno es diferente y lo vive diferente, a mí todavía me cuesta. 

Mamá tú eres la que me regaló la vida pero por eso no sufres más que yo. En serio. Y mi marido es mi marido y lo elegí yo, con todas sus perfecciones y sus imperfecciones . Y amor, mi madre es mi madre y a pesar de sus cosas es la mejor sin ninguna duda. Y como le he dicho a mi madre, tú eres mi marido pero si lo eres vamos a cumplir todos los votos esos de la salud y la enfermedad y todo el rollo no? Está claro que no estoy igual y seguramente no lo estaré en un tiempo. Yo te entiendo cómo hombre, la cosa es si tú me entiendes como mujer a la que le han quemado todos sus interiores durante dos meses. No sé, piénsalo...

Me gustaría que la relación entre vosotros fuera mejor, no para llamaros y contaros la vida, sino los dos más a una y con más comunicación para ayudarme. Sí, para ayudarme. Necesito ayuda diaria y no me importa pedirla todo el tiempo que la siga necesitando.

La constancia nunca ha sido uno de mis puntos fuertes y otra cosa que quiero contaros es que no me hace sentirme especialmente bien cuando no me hago un zumo por la mañana y me decís lo importantísimo que es, que yo ya lo sé, ni cuando no llevo todos los papeleos al día como antes siempre hacía porque no encuentro la manera ni el momento de hacerlo, que también lo sé. Esos recordatorios mejor no, gracias. Es mejor ofrecerme un zumo o ayuda con los papeles y pensar: -¿Qué le pasará a Miriam que no ha hecho esto?

A Alejandro no lo nombro en esta carta porque su actitud ha sido de fuera de este mundo. Doy gracias a Dios porque en lugar de un niño me mandó un ángel para acompañarme. Y a vosotros dos gracias porque con él lo habéis hecho perfecto, no he tenido que preocuparme ni por un momento de si estaba bien o le faltaba algo. Solo le faltaba su mamá y de eso ya me encargo yo de volver poco a poco.

Para terminar quiero volver a daros las gracias, a vosotros dos y a Dios por permitirme teneros al lado durante este camino que no ha hecho más que empezar. Esta es MI experiencia, vosotros ayuda, compañía. Esto es más duro de lo que sabéis o quizás de lo que queréis saber por miedo al sufrimiento. Con el fin del tratamiento no llega el fin de la enfermedad. Sé que no os gusta escucharlo pero esto no ha acabado, estoy enferma, tengo Cáncer y os necesito y os quiero, para pasear, para reír, para llorar y para todo lo demás. Gracias de corazón.


Pd: Leyendo esta carta veo que es totalmente trasladable a muchas historias, a muchas personas y a muchas enfermedades. Psicocineros por primera vez os pido que la compartan porque quizás mi experiencia pueda servir a otras personas. Un abrazo y gracias por estar ahí.





Miriam

lunes, 9 de mayo de 2016

El mejor regalo del Día de la Madre

Como cada año hoy hemos celebrado el día de la madre en Canadá y ayer Alejandro a su año y medio exacto me hizo el mejor regalo del Día de la Madre del mundo.

Desde hace un tiempo y como todos los niños, mi hijo se mira en el espejo. Al principio sin reconocer su imagen a través de él y más adelante sabiendo que ese niño que le devolvía la mirada era su reflejo.

A estas alturas casi todos sabéis que últimamente no he pasado muy buena época y una de las cosas que menos me apetecía era mirarme al espejo y ver mi reflejo gris, con pelo sucio y ojeras. No me reconocía a mí misma y evitaba mirarme. Sólo en los días en los que mis mejillas tenían más color o no estaba demasiado mareada para poder lavarme el pelo podía mirarme y verme ahí delante, sintiéndome diferente y hundiéndome en el gris de mi mirada.

Poco a poco y cada día me siento mejor desde que terminé con mi tratamiento, poco a poco y cada día doy pasos adelante encontrándome de nuevo a mí misma, poco a poco y cada día vuelvo a mirarme en el espejo. Todavía necesito usar antiojeras y colorete muy a menudo para gustarme, pero poco a poco y cada día me reconozco y me miro.

Volviendo a mi hijo Alejandro; desde que sabe que el niño que está a través del espejo es él se emociona, se quiere y hasta se come a besos. Sí, literalmente le da besos al espejo, se saluda, se sonríe y se pone ojitos. Así me tiene todos los espejos manoseados y chuperreteados, con huellas de sus manitas y su lengua por todas partes. Él se encanta y se quiere, se emociona cada vez que ve a ese niño y sabe que es él.

Ayer por la mañana mientras él se miraba y se daba besos en el espejo del pasillo, me agaché a su lado, sólo bastó un encuentro de miradas a través del espejo para que la magia empezara a surgir. Era la primera vez que estábamos juntos delante de un espejo, la primera vez en mucho tiempo que me ponía a su altura mientras estaba haciendo algo que de verdad le emociona y lo hace feliz. Lo senté en mi rodilla y le di un beso, beso que vio en el espejo y de repente me miró, bajó de mi rodilla, fue hasta el espejo, me volvió a mirar esta vez a través de él, dijo “naana” que es su manera de decir mamá y empezó a darle besos a mi imagen, se reía, me miraba y me besaba, se acercó a mí y me abrazó. Así varias veces, daba vueltas y se reía. Le encantaba y me quería, se emocionaba cada vez que veía a esa mujer y sabía que era yo, su mamá.


Ayer mi hijo, a su año y medio de vida me hizo el regalo más bonito que se le puede hacer a una madre y ese regalo vino en forma de enseñanza. De Manual para mirarse al espejo. Aun cuando yo no he sido capaz de reconocerme y casi ni quererme en algunos momentos de los últimos meses, ahí está él para enseñarme a mirarme al espejo y a continuación os lo cuento.


           Manual para mirarse al espejo (regalo número 1 del Día de la Madre)
  1. Ponte delante de un espejo
  2. Abre bien los ojos y mírate mucho
  3. Ponte ojitos y sonríe, como si estuvieras ligando con esa persona que está al otro lado
  4. Dale un súper beso al espejo y si es con lengua, ¡MEJOR!
  5. Da vueltas mientras bailas y mírate mucho
  6. Encántate y quiérete y emociónate cada vez que te mires a los ojos


Y sabes todo esto por qué, porque sabes que esa persona eres tú, la que siempre te acompaña, la que te escucha, la que te mira con los mejores ojos y te da los mejores besos. Esa persona eres tú y lo sabes, aunque en éste u otro momento la hayas perdido, eres tú y eres la única tú que hay, la genuína. No hay otra, por mucha cara gris, pelo sucio u ojeras que tengas. Esa persona que ves a través del espejo siempre ha sido, es y será la verdadera tú.

Por todo esto que os he contado, mi hijo Alejandro con su año y medio de vida, me ha hecho el mejor regalo del Día de la Madre del mundo, su mirada limpia sin prejuicios me ha enseñado a mirarme verme en el espejo con AMOR, mucho amor. 

Gracias mi vida, te quiero.


Pd: Día 17: Gracias por convertirme en mamá. Por esto te querré siempre y para siempre.

sábado, 13 de febrero de 2016

La Campana de los Sueños

Muy buenas psicocineros,

Aquí sigo, sólo estaba ausente, con mi vida y mi creatividad en pausa, más bien con la expresión y la comunicación en pausa. Pero hoy me siento con ganas de darle al Play y volver a compartir.

Para los que ya sepan y para los que no, actualmente estoy pasando por uno de esos momentos en la vida que llamamos duros, pero que no son más que experiencias maravillosas y oportunidades para crecer y aprender. Y como ya no quiero etiquetar más a personas, situaciones o cosas, basta decir que me estoy sometiendo a un tratamiento de quimioterapia y radioterapia para que os hagáis una idea de qué se trata.

Bueno hoy no quería venir aquí a contaros mi experiencia ni mi camino, ya habrá tiempo para eso de forma más extendida. Este post será breve, intenso y profundo. Para masticar, releer y llegar muy hondo.

El núcleo principal de este post es un poema que he escrito mentalmente en mi sesión de radioterapia de hoy. Cada día me pasan cosas diferentes por la cabeza durante esos 10 minutos que se hacen tan cortos y que en mi mente cunden para tanto, ya sea para pensar, soñar o echar una siestecita. Hoy he escrito un poema mental y al salir, por primera vez desde mi último post (estaba embarazada) lo he escrito y de esta manera he vuelto a materializar mi blog, mi deseo de comunicar y de compartir con vosotros, de seguir psicocinando.

Lo primero os pongo en situación. Una vez a la semana voy a quimioterapia y allí hay una campana que se llama "The Bravery Bell", la Campana de la Valentía, la cual cada vez que alguien termina su última sesión toca, las enfermeras aplauden y le desean a esa persona no volver a verla nunca por allí. Es algo muy significativo y muy simbólico y yo, la primera vez que lo presencié, con esa vía puesta y ese veneno sanador recorriendo mis venas me emocioné, mucho y lloré, mucho también. La semana que viene será mi turno de acercarme a ella y hacerla sonar hasta que resuene en las 23 plantas del hospital.

Pues bien, en la planta de radioterapia no veo ninguna campana ni nada parecido, es más, creo que la radioterapia está infravalorada y a mí me parece tanto o más dura que la quimio. Es larga, es pesada, es diaria, tiene muchos efectos secundarios, te provoca agotamiento, bueno y qué más decir... Así que en estas he pensado que después de mi último día en dos semanas voy a preguntar por la campana, y como creo que me van a decir que no hay pues me voy a poner manos a la obra para donar una al hospital.

La Campana de los Sueños va a ser su nombre y a su lado este poema.


Soñar con llegar al final
Soñar con volver a empezar
Soñar porque estás muy cansado
y hay días que no puedes levantar
Soñar con los buenos momentos
Soltar, los malos, soltar
Agradecer el camino que viene
Perdonarnos todo y amar
Creer que esto no fue una pesadilla 
Crear todo un sueño para despertar



Cómo habéis visto, hoy no me quería extender para nada, sólo volver a compartir, comunicarme con vosotros que es lo que me gusta. A los que ya estabais y seguís aquí, Gracias. A los nuevos que han aparecido en mi vida, Bienvenidos y mucho Amor, y a ti Zuly, gracias por acompañarme en mi despertar.

Por ahora, hasta aquí llego, yo hoy los dejo para que sigan psicocinando ideas.