lunes, 9 de mayo de 2016

El mejor regalo del Día de la Madre

Como cada año hoy hemos celebrado el día de la madre en Canadá y ayer Alejandro a su año y medio exacto me hizo el mejor regalo del Día de la Madre del mundo.

Desde hace un tiempo y como todos los niños, mi hijo se mira en el espejo. Al principio sin reconocer su imagen a través de él y más adelante sabiendo que ese niño que le devolvía la mirada era su reflejo.

A estas alturas casi todos sabéis que últimamente no he pasado muy buena época y una de las cosas que menos me apetecía era mirarme al espejo y ver mi reflejo gris, con pelo sucio y ojeras. No me reconocía a mí misma y evitaba mirarme. Sólo en los días en los que mis mejillas tenían más color o no estaba demasiado mareada para poder lavarme el pelo podía mirarme y verme ahí delante, sintiéndome diferente y hundiéndome en el gris de mi mirada.

Poco a poco y cada día me siento mejor desde que terminé con mi tratamiento, poco a poco y cada día doy pasos adelante encontrándome de nuevo a mí misma, poco a poco y cada día vuelvo a mirarme en el espejo. Todavía necesito usar antiojeras y colorete muy a menudo para gustarme, pero poco a poco y cada día me reconozco y me miro.

Volviendo a mi hijo Alejandro; desde que sabe que el niño que está a través del espejo es él se emociona, se quiere y hasta se come a besos. Sí, literalmente le da besos al espejo, se saluda, se sonríe y se pone ojitos. Así me tiene todos los espejos manoseados y chuperreteados, con huellas de sus manitas y su lengua por todas partes. Él se encanta y se quiere, se emociona cada vez que ve a ese niño y sabe que es él.

Ayer por la mañana mientras él se miraba y se daba besos en el espejo del pasillo, me agaché a su lado, sólo bastó un encuentro de miradas a través del espejo para que la magia empezara a surgir. Era la primera vez que estábamos juntos delante de un espejo, la primera vez en mucho tiempo que me ponía a su altura mientras estaba haciendo algo que de verdad le emociona y lo hace feliz. Lo senté en mi rodilla y le di un beso, beso que vio en el espejo y de repente me miró, bajó de mi rodilla, fue hasta el espejo, me volvió a mirar esta vez a través de él, dijo “naana” que es su manera de decir mamá y empezó a darle besos a mi imagen, se reía, me miraba y me besaba, se acercó a mí y me abrazó. Así varias veces, daba vueltas y se reía. Le encantaba y me quería, se emocionaba cada vez que veía a esa mujer y sabía que era yo, su mamá.


Ayer mi hijo, a su año y medio de vida me hizo el regalo más bonito que se le puede hacer a una madre y ese regalo vino en forma de enseñanza. De Manual para mirarse al espejo. Aun cuando yo no he sido capaz de reconocerme y casi ni quererme en algunos momentos de los últimos meses, ahí está él para enseñarme a mirarme al espejo y a continuación os lo cuento.


           Manual para mirarse al espejo (regalo número 1 del Día de la Madre)
  1. Ponte delante de un espejo
  2. Abre bien los ojos y mírate mucho
  3. Ponte ojitos y sonríe, como si estuvieras ligando con esa persona que está al otro lado
  4. Dale un súper beso al espejo y si es con lengua, ¡MEJOR!
  5. Da vueltas mientras bailas y mírate mucho
  6. Encántate y quiérete y emociónate cada vez que te mires a los ojos


Y sabes todo esto por qué, porque sabes que esa persona eres tú, la que siempre te acompaña, la que te escucha, la que te mira con los mejores ojos y te da los mejores besos. Esa persona eres tú y lo sabes, aunque en éste u otro momento la hayas perdido, eres tú y eres la única tú que hay, la genuína. No hay otra, por mucha cara gris, pelo sucio u ojeras que tengas. Esa persona que ves a través del espejo siempre ha sido, es y será la verdadera tú.

Por todo esto que os he contado, mi hijo Alejandro con su año y medio de vida, me ha hecho el mejor regalo del Día de la Madre del mundo, su mirada limpia sin prejuicios me ha enseñado a mirarme verme en el espejo con AMOR, mucho amor. 

Gracias mi vida, te quiero.


Pd: Día 17: Gracias por convertirme en mamá. Por esto te querré siempre y para siempre.

1 comentario:

  1. Hola Miriam! Creo que es la primera vez que escribo en tu blog y esta vez quiero hacerlo porque mientras leia tu post no pude evitar soltar unas lagrimas de mis ojos, yo creo que soy de las pocas personas que entiende perfectamente cada una de tus palabras en el, por eso me conmovio tanto el ver como expresabas tus sentimientos a traves de ellas. Quiero decirte que estoy muy orgulloso de ti, que eres una luchadora y una persona maravillosa, llena de cualidadea y excelente madre, ahora Alejandro no puede hablar pero si pudier creo que el te diria que eres la mejor mama del mundo. Aprovecho tambien para decirte que no dejes de escribir, es algo que haces muy bien y que te apasiona y esa es una de las razones por las que estamos vivos, para hacer lo que nos apasiona y ser felices. Feliz dia de la madre.
    Te amo.
    Att. Tu esposo

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