Hola mamá, hola amor,
Hoy os escribo
directamente a vosotros dos. Os escribo una carta abierta con mi corazón
abierto.
Lo primero os quiero dar las gracias por todo lo que habéis hecho y seguís haciendo por mí durante estos
meses tan difíciles. Gracias de verdad.
Creo que después de mí
sois las personas que más habéis sufrido viéndome así, cada día en el sofá,
quejándome, cansada y con dolor. Pero creedme, yo he sufrido más y lo sigo
haciendo.
Quiero contaros que si me
levantaba dos veces del sofá para comer algo, para darle de comer a Alejandro o
para ver algo gracioso que estaba haciendo, esas dos veces me levantaba sin
ganas. También quiero contaros que si me quejaba o me quejo cuatro veces, dejo
de quejarme otras cuatro. Que si decía o digo que tengo las piernas cansadas y
que cada hora (antes menos) quiero descansar un momento, en realidad el
cansancio es de otro nivel superior y ni correr una maratón me provocaría esa
sensación. Y por último que si un par de veces al día decía y digo que me duele
la cabeza o la espalda, me duele más veces pero me tomo una pastilla y sigo
para delante.
También quiero deciros
abiertamente algo que he sentido durante todo este tiempo y sigo sintiendo, y
es que quizás no soy tan fuerte ni tan supermujer como pensáis, quizás no soy
tan positiva, ni tan tranquila y relajada. Aunque quizás sí que lo soy pero
esta enfermedad es tan jodida que hace dudar hasta Jesucristo de su Fe. Se pasa
mucho miedo. Llevo seis meses pasando miedo y no un miedo a que me dejen, a que
me abandonen o a no tener a mi madre cerca tía M, sino miedo a morirme joder!! Miedo
a las complicaciones, al tratamiento de mierda y al dolor que he pasado. No
pido que nadie lo entienda, ni siquiera vosotros que lo vivís conmigo; sólo
pido que me acompañéis, que me deis una oportunidad para NO ser fuerte, para NO ser constante, para estar apática o triste o para no tener ganas de nada. Pero sobretodo lo más importante es otra cosa; quiero tener la oportunidad de que cuando sí tenga ganas de hacer algo no se
use en mi contra después durante un mes y eso va por los dos. –Ahora te
encuentras mal pero para irte de barbacoa no... –Ahora estás cansada pero para
irte a tomar un café no... Ya vale por favor!
En todo este tiempo no me
he dado la oportunidad a mí misma de mostrarme triste, es como si desde que te
diagnostican Cáncer tu cabeza tiene que cambiar y de repente pensar que
todos los pensamientos y emociones tienen que ser positivas y que la vida es flowerpower y todo va a estar bien con una vida de emociones positivas, comida sana y ejercicio. Eso no es ni sano
ni normal. Todas las emociones son sanas y normales, y es más que normal sentirse
triste cuando DE REPENTE no se está sano. Un hombro para llorar sin prisa
hubiera estado muy bien, decirme llora que es normal hubiera estado muy bien.
Así que lo que me pasa es que voy a todas partes con la lagrima detrás de la
oreja, desde el médico de familia hasta viendo Masterchef. Lloro sola, y no
porque me de pena que se vaya un concursante, sino porque me doy pena yo, y
coraje de estar apática y sin fuerza. Y porque echo mucho de menos a los que no
están, a mi padre muchísimo y al resto de mi familia y a mis amigas. Que muero
por tomarme un café con ellas. Y porque por lo menos una vez debería haberme vaciado de lágrimas, hasta que no pudiera más. Como un duelo, aquí si Dios quiere no se tiene porqué morir nadie, aunque realmente uno muere para revivir, después de una enfermedad dura nadie vuelve a ser el mismo y eso muchos lo sabréis. Cuando se enfrenta a la muerte la vida cambia de perspectiva.
Aparte de esto, os quiero
decir a los dos que es muy difícil estar en medio en muchas ocasiones. Antes me
involucraba más hasta que aprendí que no era mi problema ni mi energía. Esta
situación está siendo muy estresante para los dos, verme así es difícil, y muchas veces nos gustaría que otros se comportaran de otra manera. Sólo hay que comprender que
cada uno es diferente y lo vive diferente, a mí todavía me cuesta.
Mamá tú eres la que me regaló la vida pero por eso no
sufres más que yo. En serio. Y mi marido es mi marido y lo elegí yo, con todas sus perfecciones y sus imperfecciones . Y amor, mi madre es mi
madre y a pesar de sus cosas es la mejor sin ninguna duda. Y como le he dicho a mi madre, tú
eres mi marido pero si lo eres vamos a cumplir todos los votos esos de la salud
y la enfermedad y todo el rollo no? Está claro que no estoy igual y seguramente
no lo estaré en un tiempo. Yo te entiendo cómo hombre, la cosa es si tú me
entiendes como mujer a la que le han quemado todos sus interiores durante dos
meses. No sé, piénsalo...
Me gustaría que la
relación entre vosotros fuera mejor, no para llamaros y contaros la vida, sino los dos más a una y con más comunicación para ayudarme. Sí, para
ayudarme. Necesito ayuda diaria y no me importa pedirla todo el tiempo que la
siga necesitando.
La constancia nunca ha
sido uno de mis puntos fuertes y otra cosa que quiero contaros es que no me
hace sentirme especialmente bien cuando no me hago un zumo por la mañana y me
decís lo importantísimo que es, que yo ya lo sé, ni cuando no llevo todos los
papeleos al día como antes siempre hacía porque no encuentro la manera ni el
momento de hacerlo, que también lo sé. Esos recordatorios mejor no, gracias. Es
mejor ofrecerme un zumo o ayuda con los papeles y pensar: -¿Qué le pasará a
Miriam que no ha hecho esto?
A Alejandro no lo nombro
en esta carta porque su actitud ha sido de fuera de este mundo. Doy gracias a
Dios porque en lugar de un niño me mandó un ángel para acompañarme. Y a
vosotros dos gracias porque con él lo habéis hecho perfecto, no he tenido que
preocuparme ni por un momento de si estaba bien o le faltaba algo. Solo le
faltaba su mamá y de eso ya me encargo yo de volver poco a poco.
Para terminar quiero
volver a daros las gracias, a vosotros dos y a Dios por permitirme teneros al
lado durante este camino que no ha hecho más que empezar. Esta es MI
experiencia, vosotros ayuda, compañía. Esto es más duro de lo que sabéis o
quizás de lo que queréis saber por miedo al sufrimiento. Con el fin del
tratamiento no llega el fin de la enfermedad. Sé que no os gusta escucharlo
pero esto no ha acabado, estoy enferma, tengo Cáncer y os necesito y os quiero, para pasear, para
reír, para llorar y para todo lo demás. Gracias de corazón.
Pd: Leyendo esta carta
veo que es totalmente trasladable a muchas historias, a muchas personas y a
muchas enfermedades. Psicocineros por primera vez os pido que la compartan
porque quizás mi experiencia pueda servir a otras personas. Un abrazo y gracias
por estar ahí.
Miriam
Como me ha consolado este post.
ResponderEliminarEstamos viviendo una situacion muy parecida.
Me gustaria poder escribirte más en privado, mi correo es mogollonasaco@gmail.com
Un abrazo y gracias
Bendiciones! Solo tú sabes como te sientes y los consejos no sirven.. Qué nunca te falte el amor de los tuyos.
ResponderEliminarPreciosa Carta Miriam !!!!
ResponderEliminarMucho coraje el tuyo.
Te deseo mucha fuerza, animos y suerteeeee.